Septiembre que se viste de hojas caídas y atardeceres rosados.
Mes que nos empuja a las prisas, al ruido y al griterío infantíl en su vuelta al cole.
Septiembre, mes de añoranza vacacional y nostalgia de veranos pasados.
Mes de vendimia, de uvas que embriagan la vista y seducen al paladar.
Septiembre donde dan los últimos aleteos veraniegos y asoman los primeros brotes otoñales.
Mes de los campos dorados y de bosques adornados en tornasol, mostrándonos un abanico de colores sin igual.
Septiembre, que nos conduce a nuevos horarios y nos llena de buenos propósitos, que nos recuerda y anima a terminar tareas que quedaron arrinconadas en la mente, cuando el calor del verano nos invadió.
Mes que te invita a reencuentros en cualquier terracita con amigos, mientras su viento suave te acaricia el rostro, haciéndose notar y queriendo decir que al igual que tú, él también ha vuelto de vacaciones.
¡SEPTIEMBRE, ¡AY SEPTIEMBRE!...
