¡Danzad, danzad alrededor del fuego! ¡cantad y bebed, rendirme tributo por los dones que os concedo!.
Algo así les diría la madre Tierra a sus campesinos allá por el año 400 al finalizar el verano, cuando éstos se pintaban la cara y festejaban por las cosechas.
De tradición ancestral, lejana y no muy clara los Carne-levare, que hoy se les conoce como Carnavales, carecen del valor de antaño; un valor unido unas veces a las deidades griegas y romanas y otras unido a la religión cristiana.
Los griegos festejaban homenajeándo a Dionisios y los romanos a su dios Baco,coincidiéndo siempre con las fechas de la cosecha y considerada a su vez una fiesta pagana, nada que ver con el simbolismo religioso que la Iglesia(¡como no!), quiso imponer. Suprimiendo cualquier signo y símbolo de alegría en las calles antes de cuaresma. Entre estas prohibiciones estaba cualquier demostración de placer por la carne,y resalto "cualquier"-el sexo ni de lejos,claro- de ahí, lo de Carne-levare.
Pero como nadie estaba dispuesto a dejar de disfrutar de ésta en cualquiera de sus formas y ante la rebeldía del pueblo, la Iglesia no tuvo más remedio que llegar a un acuerdo, permitiendo salir y festejar los días anteriores al miércoles de ceniza, eso sí, enmascarados y disfrazados, para evitar así posibles represalias eclesiástiacas.
Potenciando el morbo que pueda esconder un disfraz, se aprovechaba la ocasión para que tanto nobles como plebeyos, amparados bajo una máscara, promoviésen el llamado "libre albedrío".
De gran tradición son los Carnavales venecianos, hoy en día se sigue rindiéndo homenaje al siglo XVIII, la ciudad se transforma durante diez días en el lugar de antaño, aunque hoy con fines más exhibiccionistas que antiguamente, donde se aprovechaban las bautas y voltos, para amoríos, ajustes de cuentas y venganzas de todo tipo. La pompa, el lujo y la clase siguen paseándose por la Plaza de San Marco para disfrute de los turistas.
Este año lo han bautizado como: "Ottoccento" en tributo a la unificación de Italia y a la mujer.
-Bauta: La máscara por excelencia, más legendaria, cubriendo esta el rostro, con forma fantasmal, típicamente blancas o negras, con orificios para los ojos y la nariz.Acompañada por lo general de una capa.
-Volto: careta típica veneciana que cubre toda la cara.
De Venecia se fueron extendiéndo por toda Europa, llegando a España donde son celebrados más al son de la danza, la chirigota y una alegría más visible y cantarína.
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